Profesor de corazón, un guía encantado de transmitir su saber, Fernando De Solminihac, recibió este año un premio de Mentores Por Chile. La organización reúne aproximadamente trescientos mentores, los ejecutivos más destacados del país, que ofrecen sus conocimientos y tiempo al fin de apoyar a nuevos emprendedores en sus proyectos. Hoy en día, gracias a su vocación de mentor, es miembro del Directorio de la Fundación Por Una Carrera y nos cuenta su recorrido.
¿De dónde viene su motivación a asistir, aconsejar y acompañar?
Creo que he tenido mucha suerte en la vida, respecto a la educación que recibí, tanto en los colegios como en la universidad y en general en los trabajos que he tenido. Partí con una muy buena base y en mis distintos momentos de la vida profesional, adquirí cada vez más experiencia. Afortunadamente, salí al mercado a mediados de los años 70 y por lo tanto, se dio la oportunidad de tomar grandes responsabilidades siendo aún muy joven. Aprendí mucho y estuve en contacto con mucha gente así que decidí que en la medida que yo pudiera, iba a regalar, a donar mi saber y mi tiempo.
¿Cuándo se dieron las oportunidades de ser mentor?
La primera ocasión se dio en los años 90. Me invitaron a participar a un programa que se llamaba Savia Nueva, un concurso de emprendedores que tenían un proyecto y uno los ayudaba a desarrollarlo para presentar a un jurado, que decidía si otorgar un capital semilla de premio para partir el negocio. El primer emprendedor con quien trabajé, tenía una idea muy simple, era un taller mecánico. ¡Pero logramos hacerla tan atractiva que sacó el segundo lugar! Lo vendimos muy bien y me di cuenta que tenía facilidades para entregar mis conocimientos. Además, siempre me ha gustado enseñar, fui ayudante y di clases en la universidad. Savia Nueva fue una muy buena experiencia, que me permitió ver de todo, un buen proyecto, un proyecto razonable y un emprendedor que abandonó a mitad de camino, también se aprende mucho cuando las cosas no resultan . Por distintas razones, más que todo el trabajo que me tomaba mucho tiempo, deje de colaborar en eso.
¿Cómo volvió al mundo de la mentoría?
Hace más o menos cinco años, me contactaron de Mentores Por Chile y obviamente acepté ser parte de la organización. Llegan proyectos de emprendedores y los asignan al mentor que tiene mayores conocimientos en la área. Por mi compromiso y por haberme dedicado durante esos años, quisieron dar un reconocimiento a algunos de los mentores como yo. La gran gracia de participar en Mentores Por Chile es poder dar lo que uno recibió, les agradezco la oportunidad que me dan de poder ayudar, transmitir y ver el valor enorme que le dan los emprendedores, porque es un mundo que se le abre. Les agradezco también porque a uno le dan la oportunidad de conocer esta gente que con gran esfuerzo, gran sacrificio y muchas veces sin interés monetario, están haciendo patria. Esas cosas son las que me llevan y me motivan a seguir trabajando con ellos. Me han tocado proyectos muy interesante y además, me permitió conocer a Guillermo Barros, que en esa época, era director ejecutivo de la Fundación Por Una Carrera.
¿Nos puede contar su historia con la Fundación Por Una Carrera?
Llegué en la Fundación Por Una Carrera a través de Mentores Por Chile. Fue mi tercera mentoría y le tengo un cariño muy particular. Guillermo llegó a pedir un apoyo a la organización, con el desafío de encontrar formas creativas de financiar la Fundación y salir del circulo habitual de la generosidad de la familia y de los amigos. Me junte con él en esa misma oficina y me acuerdo que le dije: “Mira la verdad es que no tengo idea de cómo la vamos a hacer, pero sentémonos, conversemos, y siguiendo el proceso de la mentoría, llegaremos a algo.” Dentro de la lluvia de ideas, salió una muy buena, no fácil de implementar pero muy buena. Lo logramos y eso generó una muy grata relación con la Fundación y por lo tanto me pidieron ser consejero. Pero en mayo de 2015, me invitaron a ser director y desde entonces pertenezco al Directorio.
¿Por qué le tomo un cariño especial a la Fundación Por Una Carrera después de tantas mentorías?
Primero, porque enfrentemos juntos un problema y logramos resolverlo después de mucho tiempo y esfuerzos, mientras no sabíamos por dónde empezar y se veía muy difícil. Segundo, porque uno, dentro de esto va generando afinidades con la gente que trabaja y los otros directores y por lo tanto le toma cariño. Y obviamente, porque el labor de la Fundación Por Una Carrera es enorme e indispensable y me agrada ser parte de ella. ¡Ahora tenemos que crecer! Para llegar a muchas más personas y que en Chile se usen todas las becas y por lo tanto, el Gobierno y los mismos privados, se vieran, obligados a ofrecer más becas.
¿Unas palabras para animar a la gente a aportar su apoyo?
Es obvio, que la mejor inversión que se puede hacer en este país y en general en el mundo, es educar a la gente, prepararla para los desafíos de trabajo que viene. Cualquier persona que pueda ayudar, es una inversión a futuro rentable para el país y para sí mismo.