Existen personas que siempre logran sacar una sonrisa a los demás, pero cuando llega el momento de ponerse serios, son los primeros. Jonathan Guzmán es uno de ellos. Detrás de su “cara de guagua”, tal como él se describe, su gran humor y su sonrisa acogedora, es un gran pedagogo y orador de 24 años. Como voluntario en un preuniversitario o en la Fundación por una Carrera desde el 2015, además de ser estudiante de pedagogía en matemáticas, se dedica a ayudar y preparar a estudiantes que aún no pasaron por las etapas que él mismo ya enfrentó.
Hablando pausadamente y un poco emocionado de ser el principal tema de la conversación, cuenta de su compromiso y sobre todo, de su amor por la Fundación. Con mucho cariño comienza a hablar de su historia en Por Una Carrera, “llegué de pura chiripa”, dice Jonathan, una amiga le mostró un afiche de la Fundación, en Facebook, y a pesar de que no lo convenció en primera instancia, al investigar más le gustó mucho el trabajo que realizaban y decidió inscribirse.
El día de la bienvenida de los voluntarios se sintió muy cómodo, muy representado por el ideal de la Fundación Por Una Carrera y su equipo. Desde el primer encuentro supo que iba a mantener su voluntariado, porque a pesar de haberse inscrito inicialmente para nutrirse del área de la orientación vocacional y aprender lo más posible sobre financiamiento para transmitirlo a sus “chiquillos” del preuniversitario, a lo largo de las capacitaciones y jornadas en colegios se dio cuenta que este grupo de voluntarios trabaja con tanto cariño, pasión y esfuerzo que según él, “es algo que se da muy poco y es una suerte tener.» Fue así como decidió que tenía que seguir apoyando a la Fundación y dar lo mejor de él, llevándolo hoy a pertenecer al comité coordinador de voluntarios además de ser coordinador de colegio. Para Jonathan la voluntad de pertenecer a este grupo humano es fundamental, y expresa que “la voluntad es parte necesaria de un compromiso, si tengo voluntad de algo y genero un compromiso, no lo puedo abandonar, nunca».
Por su participación, su entrega total y su motivación infatigable, Jonathan, al igual que nuestras decenas de voluntarios, marcará el camino de muchos jóvenes en su ingreso a la educación superior. Evidencia de esto es el testimonio de Álvaro Cortés, asesorado por la fundación el año 2015, quien llama afectuosamente a su tutor “el tío chino” y relata la experiencia: “Viví una etapa de mi vida un tanto difícil cursando cuarto medio, pero con su buena onda y consejos siempre pude ir avanzando y averiguando un poco más sobre lo que es el mundo universitario. Desde el primer día fue simpático y nunca dejó de serlo, y como profesor demostraba seriedad y compromiso. Hasta el último día seguí la lista de carreras que hice con el tío chino, y con los datos que encontramos, pude elegir una carrera que podría ser mi destino. Siete meses después de la PSU, puedo decir que Jonathan fue el mejor y más divertido asesor que podría haber tenido, y con quien sigo en contacto. Sé que en un futuro le pediré ayuda en matemáticas. Seguir adelante por todos los que me ayudaron a llegar aquí es mi misión.” Jonathan también lo recuerda muy cariñosamente, “el Alvarito no tenía idea de nada, qué estudiar, qué hacer, estaba muy en el aire, me lo tomé más personal motivándolo, hablándole a diario”.
Durante la última jornada dedicada a la postulación a becas, preocupados por el desinterés de su hijo, los padres de Álvaro asistieron también, ante lo cual Jonathan les explicó que Álvaro sí estaba asistiendo al programa de asesorías contándoles también su propia experiencia “yo necesité más de un año para darme cuenta de qué quería estudiar de verdad, algunas personas tienen la suerte de tener súper clara la película en tercero medio, pero hay otras como yo y Álvaro, que necesitan más tiempo. No necesariamente quiere decir que no nos interesa, simplemente necesitamos más tiempo.” Esta anécdota que narra, satisfecho y con emoción es para él, muy especial y significativa.
Para concluir, la pregunta crucial: “¿Por qué tenemos que sumarnos a Por Una Carrera?”. Tomando seriedad y con vehemencia indica “para mí la palabra clave es la “responsabilidad», que tenemos como jóvenes. Hoy en día entrar a la educación superior no es un sueño como era antes, es una necesidad real por el contexto social. Tenemos la responsabilidad como estudiantes de ser conscientes de las oportunidades que hay y no desaprovecharlas.», para Jonathan ser voluntario representa un acto de responsabilidad, un aporte para muchos jóvenes que necesitan una compañía, un amigo, un guía en una etapa clave de sus vidas.